Como el título lo dice, contaré como me fue este sábado que pasó (10 de octubre), ¿por qué?, porque estuvo bien chido, nada más por eso, y porque normalmente mi vida apesta y que un día cada mil años me vaya bien es algo digno de postearlo aquí.
Pues bien, a pesar de estar desvelada porque el viernes anterior fui a un karaoke gay a cantar Daniela Romo, Pimpinela y Juan Gabriel, el sábado me tuve que levantar temprano. Tenía una cita con "Tosca" de Puccini.
Así fue, la temporada del MET comenzó y con ello las transmisiones satelitales en HD. Por primera vez, el Auditorio Nacional era un caos antes de una transmisión, la temporada pasada cada fin de semana iba en aumento el número de gente, y ahora se vio reflejado: tráfico para llegar al lugar, un estacionamiento atiborrado, mayor venta de boletos.
Pues bien, yo tenía muchas ganas de ver esta puesta en escena porque, a pesar de nunca haberla visto antes, "E lucevan le stelle" es mi aria favorita, tiene tanta pasión y tristeza, es... la declaración de alguien que sabe que va a morir, por esa naturaleza trágica es que me gusta tanto.
La escenificación, desde luego, impecable, el vestuario espectacular y las interpretaciones totalmente apasionadas, desgarradas, descarnadas, nuestra Floria Tosca en turno, la soprano finesa Karita Mattila emanaba el aura de diva que el papel requiere, pero también la desesperación de escuchar a su amado Caravadossi (interpretado por el tenor argentino Marcelo Álvarez, quien casi me hace llorar con su interpretación de "Y las estrellas brillaban") siendo torturado y condenado a muerte.
Una obra con trasfondo político y con el tinte romántico que Puccini solía impregnar a sus obras de descenlaces funestos. En donde la locura, la traición y la maldad (Scarpia siendo un villano memorable, interpretado por el barítono georgiano Geoge Gagnidze) conviven para conducirnos a algo que de antemano sabemo acabará mal.
De verdad disfruté esta puesta, que me enchinó la piel en más de una ocasión, en onde la sangre corría y la muerte sobrevolaba todo. Maravillosamente obscura.
Sigue "Aida", ya vi fotos de la producción y está impresionante.
Esa mañana mi hermana me adelantó mi regalo de cumpleaños, una gadget que andaba buscando para poder controlar el iPod desde el volante del auto, está genial, ya lo puse y sirve perfecto, y es muy útil. No nos pudimos quedar a comer por allá como es la costumbre, porque tenía que regresar a Toluca a recoger a mi mejor amigo para irnos a ver a una de las bandas más importantes de mi vida...
Pero eso se los cuento mañana en la parte II de este relato sabatino.
Pues bien, a pesar de estar desvelada porque el viernes anterior fui a un karaoke gay a cantar Daniela Romo, Pimpinela y Juan Gabriel, el sábado me tuve que levantar temprano. Tenía una cita con "Tosca" de Puccini.
Así fue, la temporada del MET comenzó y con ello las transmisiones satelitales en HD. Por primera vez, el Auditorio Nacional era un caos antes de una transmisión, la temporada pasada cada fin de semana iba en aumento el número de gente, y ahora se vio reflejado: tráfico para llegar al lugar, un estacionamiento atiborrado, mayor venta de boletos.
Pues bien, yo tenía muchas ganas de ver esta puesta en escena porque, a pesar de nunca haberla visto antes, "E lucevan le stelle" es mi aria favorita, tiene tanta pasión y tristeza, es... la declaración de alguien que sabe que va a morir, por esa naturaleza trágica es que me gusta tanto.
La escenificación, desde luego, impecable, el vestuario espectacular y las interpretaciones totalmente apasionadas, desgarradas, descarnadas, nuestra Floria Tosca en turno, la soprano finesa Karita Mattila emanaba el aura de diva que el papel requiere, pero también la desesperación de escuchar a su amado Caravadossi (interpretado por el tenor argentino Marcelo Álvarez, quien casi me hace llorar con su interpretación de "Y las estrellas brillaban") siendo torturado y condenado a muerte.
Una obra con trasfondo político y con el tinte romántico que Puccini solía impregnar a sus obras de descenlaces funestos. En donde la locura, la traición y la maldad (Scarpia siendo un villano memorable, interpretado por el barítono georgiano Geoge Gagnidze) conviven para conducirnos a algo que de antemano sabemo acabará mal.
De verdad disfruté esta puesta, que me enchinó la piel en más de una ocasión, en onde la sangre corría y la muerte sobrevolaba todo. Maravillosamente obscura.
Sigue "Aida", ya vi fotos de la producción y está impresionante.
Esa mañana mi hermana me adelantó mi regalo de cumpleaños, una gadget que andaba buscando para poder controlar el iPod desde el volante del auto, está genial, ya lo puse y sirve perfecto, y es muy útil. No nos pudimos quedar a comer por allá como es la costumbre, porque tenía que regresar a Toluca a recoger a mi mejor amigo para irnos a ver a una de las bandas más importantes de mi vida...
Pero eso se los cuento mañana en la parte II de este relato sabatino.
Hermosa la colaboración de ópera que ha puesto, me ha gustado la verdad.
Ciao.
Worales. Mi novia me avisó un dia antes y los boletos ya estaban agotados
Caray... -FumandoPuro-
Pues qué puedo decir además de: QUÉ CHINGÓN!!! Me encanta la ópera.